Por: Nathalie Tacchino
El 2012 fue un gran año para el tenimesista Diego Rodríguez. Concluyó el colegio, se graduó, y logró lo que pocos: se coronó subcampeón latinoamericano juvenil en individuales y en dobles, en la ciudad de Puebla, México. Así, en un podio repleto de brasileros, Diego pudo hacer la diferencia.
En el mismo año, participó en el Campeonato Mundial de Cadetes en San Juan, Puerto Rico, donde consiguió el 3er lugar por equipos y el 18 en individuales. Además, estando por Europa, se llevó el 3er puesto en el Open de República Checa, en la categoría sub18.
Y si fuera poco, acaba de clasificar a los Juegos Bolivarianos que se realizarán en el 2013 en nuestro país, en Trujillo. Importante cita regional y primer escaño perteneciente al ciclo olímpico.
Pero recordemos. Diego no nació deportivamente este año.
Empezó a jugar tenis de mesa a los 9, cuando su maestra de siempre, la olímpica Marisol Espineira, vio en él habilidades innatas para ser un buen tenimesista, un completo defensa. Pues como ella, Diego adoptó el juego defensivo como propio gracias a la natural facilidad que tenía para los movimientos de cortes y el talento necesario para ser aún mejor, presto al tenis de mesa masculino moderno donde se necesita, junto a la defensa, mucho ataque y variedad de saques.
Entrenaron duro y sin vacilar. Desde niño, Diego fue maduro y constante, hacía lo que le gustaba y sabía dónde quería llegar, siempre con la humildad y la nobleza que lo caracterizan.
Así, el trabajo empezó a aflorar. Gran cantidad de títulos nacionales e internacionales sub 13, sub 15 y sub 18, haciendo chillar a adversarios dentro y fuera del país. El juego defensivo, al no abundar en el mundo, se le hace pesado y complejo hasta al más experimentado adversario. De ahí la importancia de su estilo que garantiza triunfos inesperados.
Hoy, Diego, de 16 años de edad, comparte sus entrenamientos entre Perú y Alemania, y por decisión propia se dedicará de lleno a jugar, dejando de lado, por ahora, los estudios, con el afán y el sueño de ser lo que más quiere: un jugador profesional y destacado de tenis de mesa a nivel mundial.
Estas historias poco abundan en el Perú. Los jugadores deben estudiar una carrera luego del colegio, teniendo que abandonar para siempre el deporte con el que crecieron y con el que tantos triunfos dieron a una Nación.
Aquí, el deporte “amateur” no paga, no mantiene económicamente al jugador. Sin embargo, las ganas y la fe pueden hacerlo a futuro, con mucho trabajo, sacrificios, pero sobre todo, con apoyo.
En el caso de Diego, existe el talento, los resultados y la proyección de alcanzar lo más alto. Su sueño es llegar a unos Juegos Olímpicos y sí que lo puede lograr.
Hoy por hoy, se dedica al tenis de mesa en exclusivo gracias al soporte de sus padres que lo envían a Alemania a entrenar y a jugar la liga germana, para que siga fogueándose y cogiendo nivel para representar, mejor posicionado, al Perú. De igual manera, lo apoyan con los pasajes de ida y vuelta cuando tiene que regresar para jugar torneos selectivos y competencias con la bicolor.
Hasta cuándo, no se sabe. Lo que sí, es que necesita apoyo, y son las autoridades deportivas peruanas las que deben facilitar el trabajo, la inversión y los resultados que Diego obtiene para su país y su federación. Porque hoy, el auspicio fuerte y verdadero viene sólo por parte de sus padres.
Los Juegos Bolivarianos que se realizarán en noviembre del 2013 en Trujillo es una cita muy importante, y a la cual Diego clasificó de forma contundente en el primer drop, demostrando su alto nivel actual. Él estará preparándose en Alemania y necesitará de la justa ayuda de la federación para que sea traído al Perú y pueda participar en esta competencia.
Diego dejó de ser una promesa para convertirse en una realidad. Démosle lo que se merece y no nos subamos al carro, como muchas veces ha pasado con ilustres personajes deportivos, cuando los logros recién lleguen sin haber hecho nada por él durante su formación, sin promocionarlo como se debió, ni aportando una ayuda significativa, lejos de los tickets de consumo en alimentos.
Para este fin, existe el apoyo ADO (Asociación de Deportistas Olímpicos) para deportistas como Diego, con proyección olímpica, con resultados sustanciales, con compromiso y dedicación exclusiva, que necesitan viajar para sumar puntos y clasificar a competencias internacionales, aprender, entrenar más y poder venir de forma “oficial” a su país, para competir en los torneos fundamentales.
Según el reglamento, el trámite ADO debe iniciarlo su federación, y esperemos no sea pospuesto por más tiempo.
La participación de Diego en los Bolivarianos podría peligrar y sería una pena que al final no se valore el meritorio y continuo sacrificio de una familia y de un joven talento que se dedicó, desde siempre, a situar al Perú en lo más alto del tenis de mesa mundial.
Diego Rodríguez





N: Con 16 años has clasificado a los Juegos Bolivarianos Trujillo 2013, en el 1er drop, venciendo a jugadores mayores y con más experiencia. ¿Cuáles son tus aspiraciones para esta importante cita de la región?
D: Mi meta es siempre ganar, pero creo que aún estoy joven para este torneo. Igual espero dar lo mejor de mí. Voy a entrenar mucho para conseguir resultados y darlo todo.
N: El 2012 fue un excelente año: subcampeón Latinoamericano Juvenil en individuales y en dobles, además 3ero en el Open de República Checa. ¿Cuáles crees han sido los elementos claves en tu entrenamiento, formación y en tu juego que ayudaron a conseguir los importantes logros de este año?
D: Bueno, a principios de año estuve en Alemania, me preparé allá. A mediados de año entrené con mi entrenadora Marisol Espineira quien fue la que me formó, me preparó físicamente y creo que fue gracias a esto que tuve buenos resultados.
N: Aprendiste y entrenaste tenis de mesa toda tu vida en Perú. ¿Qué significa entrenar hoy en Alemania?
D: Me gusta mucho, se entrena bastante, el centro tiene un nivel alto, tienen buenos entrenadores, he aprendido mucho allá, de los entrenadores, amigos, etc. Por la lejanía es un tema complicado, uno extraña a sus seres queridos, casa, amigos, comida, pero nada es fácil en esta vida y para lograr algo incluyen sacrificios.
N: Faltan años y mucho por aprender. ¿Te ves en Río 2016?
D: No lo sé, estoy muy joven, en el 2016 también lo estaré. No digo que no, pero como todo deportista sueño con ir a unos Juegos Olímpicos. Voy a luchar por llegar y dar lo mejor de mí hasta alcanzar mi meta.
N: Diego, con una raqueta en la mano, ¿cómo te describes?
D: Soy un poco nervioso, siempre lucho hasta el final. Me siento seguro con una raqueta en la mano, es como mi herramienta de trabajo (risas).
N: ¿A dónde quieres llegar y qué quieres lograr con el tenis de mesa?
D: Mi sueño es ir a unos Juegos Olímpicos, me gustaría ser campeón latinoamericano en mayores y estar rankeado entre los 100 mejores del mundo.
N: Tu estilo de juego, el defensivo, es muy vistoso y a la vez complica a los rivales. ¿Por qué crees que no abundan en el mundo?
D: Es un juego complicado, hay que tener paciencia para aprenderlo y enseñarlo. Ahora se ha modernizado mucho ya que tienes que atacar también, entonces es el doble de difícil. Se puede decir que hay varios tipos de defensas, por lo general uno aprende el que le enseñe su entrenador.
N: Hasta el momento, ¿cuáles son las 3 mejores cosas que el tenis de mesa te ha dado?
D: Conocer muchos países, saber que todo el esfuerzo que hice no fue en vano y la sensación de subirme a un podio.
N: ¿A quiénes admiras?
D: A Joo Se Hyuk , para mí, el mejor defensa del mundo, y a mi entrenadora Marisol que me enseñó y me formó desde pequeño.
N: En una sociedad futbolística como la nuestra, ¿por qué sería importante incentivar el tenis de mesa entre los jóvenes?
D: Es un deporte muy lindo, mucha gente cree que es un hobby, y están equivocados. El tenis de mesa ayuda mucho a la psicomotricidad, y no lo logra jugar cualquiera.
Diciembre 2012




